martes, 26 de julio de 2011

El legado de Jan De Vos, Xóchitl Leyva Solano


Revista de Antropología Social
Desacatos
Centro  de Investigaciones  y Estudios Superiores en Antropología Social
ISSN: 1405-9274
MÉXICO

2004
Desacatos, Otoño-Invierno, número 016.
CIESAS, Distrito Federal, México

El legado de Jan De Vos
Xóchitl  Leyva Solano


Justificar la elección de Jan De Vos para dar su nombre a la biblioteca del CIESAS-Sureste no es difícil, sólo basta con escudriñar entre pilas de libros, decenas de folletos, centenas de impresos de conferencias y artículos para caer en la cuenta de lo prolífico, versátil e innovador de su obra. En este escrito sólo pretendo apuntar algunos aspectos relevantes del legado que Jan nos ha heredado.

DE VOS, “EL HISTORIADOR REGIONAL”

Antes que nada quisiera hablar del Jan De Vos “historiador regional” como el mismo se definiera en su libro Una tierra para sembrar sueños (2002). No cabe la menor duda de que Vos ocupa ya un lugar destacado entre los historiadores que escriben sobre Chiapas. Lugar que se ha ganado en las últimas dos décadas por medio de los textos donde habla de la selva Lacandona y de los lacandones, y de sus libros, folletos y ensayos sobre el Chiapas colonial en general.

No conozco obra más apasionante y bien documentada sobre la conquista de la selva Lacandona que el libro de Jan de Vos intitulado La paz de Dios y del Rey (1980). En él, Jan nos sumerge en los vericuetos del “etnocidio” de una “pequeña tribu indígena [lacandona] exterminada” a manos de españoles y criollos de Chiapas y Guatemala, quienes “dieron consistencia y operabilidad [al] sistema colonial opresor”. Para mostrarnos esto desde dentro, en su libro No queremos ser cristianos (1990), De Vos nos deja oír las palabras de los principales protagonistas de dicho proceso: los soldados, los frailes españoles y los indios rebeldes de Lacam-Tum y Sac-Bahlán.

Dos años antes de publicar este libro, otro, llamado Oro verde (1988). Ya estaba al alcance del lector para contarle acerca de una conquista más reciente: La realizada en la Lacandona desde 1822 hasta 1949 por madereros tabasqueños y sus socios extranjeros. Pero a esas alturas, Jan De Vos bailaba ya otro pas de deux, al publicar casi al mismo tiempo Viajes al Desierto de la Soledad (1988), libro en el que exploradores, misioneros, finqueros, antropólogos, zoólogos, periodistas, campesinos y poetas daban testimonios que sirvieron a Jan para llamarnos la atención y mostrarnos “la despiadada mutilación de esa bella región chiapaneca” que era, hasta antes de 1950, un inmenso “desierto verde”

El detalle y la monumentalidad de la obra de Jan De Vos sobre la selva Lacandona bien le valdría en 1992 la comparación de ésta con la tradición pictórica de los trípticos flamencos de la baja Edad Media y el Renacimiento; ya que ambos, a decir de Mario Ruz, comparten el carácter de “fotomontajes cromáticos [que nos acercan] a la visión diacrónica de un suceso mitológico histórico y a veces profético (1922:5).

Pero el aporte de De Vos a la historia de Chiapas trasciende la misma Lacandona y se incrusta en el corazón de la historia de la “Audiencia de los Confines” y de la “Alcadía Mayor de Chiapa”. Esto ya fue tempranamente celebrado por el gobierno estatal quien otorgó a De Vos el premio Chiapas en 1986 y más tarde, en 2001 y 2004, el propio CIESAS lo premio doblemente.

En el campo de la historia colonial Jan aparece como un caballero andante que desenvaina la espada para enfrentar temas sumamente controvertidos y hasta mitificados por los cronistas locales. Jan, por ejemplo, lo mismo le entra a los dos siglos de polémica acerca del origen y significado del nombre de Chiapas (1991) que a la leyenda del suicidio colectivo de los insumisos de “Chiapa de los Indios” (1985), para rematar con la confusión de los lacandones contemporáneos como “directos y legítimos descendientes” de los de ayer (1980). Confusión que no era solamente un dato histórico a corregir, sino fundamento de toda una política agraria que benefició a 66 familias de los lacandones, y más que nada a un puñado de familias mestizas gobernantes.

De Vos a lo largo y ancho de su obra lo mismo nos habla de los indios coloniales que de los indígenas rebeldes actuales, de los caciques de Chamula que de los zapatistas de la selva. En el libro Vivir en frontera (1994) Jan reconstruye la “frontera india” y el “lento despertar” de los pueblos indios y nos pone frente a casi tres siglos a través de 46 documentos provenientes del Archivo General de Indias, del Archivo Central de Centroamérica, localizado en Guatemala, y del Archivo General de la Nación, ubicado en la ciudad de México. Con ello, De Vos nos introduce al estudio de lo que él llama “las estrategias de resistencia, refugio y negociación” de los indios de ayer sacándonos, como dijera Mario Ruz, de la dantesca escena de destrucción de la selva Lacandona pincelada al estilo pictórico legendario de El Bosco (1992:4).

DE VOS Y LA FRONTERA SUR

Jan llegó a Chiapas en 1973 y para mediados de la década de 1980 era ya miembro destacado del primer equipo de investigadores que fundó la unidad sureste del CIESAS. En 2001 ya escribía que “uno podría suponer que la adscripción de Jan a dicha unidad, abocada entonces al estudio de las fronteras, no le resulto difícil ya que el mismo estaba cruzando sus propias fronteras religiosas y de seguro guardaba en su memoria su travesía por las fronteras culturales flamenco-belga (Leyva 2001:4). En 2004 Jan mismo nos dice textualmente lo siguiente: “Nací en un país dos veces invadido por su vecino oriental en tiempos recientes y, además, dividido desde el siglo V por una invisible pero muy real barrera lingüística. Tal vez por eso desarrolle la sensibilidad especial hacia las dos fronteras padecidas por la mayoría de la humanidad: la férrea frontera-límite… y la no menos poderosa frontera-frente…” (2004:12).

Por dichos recuerdos y sentimientos, creo yo, Jan De Vos puso en su libro Las fronteras de la frontera sur (1993), mucho énfasis en la movilidad, los proyectos, los tratados, los conflictos diplomáticos y los resentimientos populares que ocasionó la delimitación de las líneas fronterizas que separaron México de Centroamérica y que obloigaron a De Vos a mirar la frontera sur desde el período prehispánico hasta 1895, fecha en que “la línea divisoria internacional ya no sufrió cambios [pero] siguió influyendo sobre la vida de la gente que quedó afectada por el etablecimiento de las [nuevas] barrreras políticas”  (1993:113)

DE VOS MAS ALLÁ DE LA ACADEMIA

La preocupación de Jan De Vos por hacer llegar su obra también a un público no especializado es otra de sus mayores virtudes. De Vos nos confiesa en su folleto “La memoria interrogada” que no quiso reducirse a tener como interlocutores sólo a los colegas sino que prefirió abrirse a un abanico de grupos diferenciados por edad, cultura, y condición social (2004:38). Para ello, De Vos se sirvió de un lemguaje claro, sencillo y directo así como de útiles cuadros, nítidos mapas y preciosas fotografías y litografías que hacen de sus textos un trabajo artístico además de académico.

El gusto estético de Jan de Vos sólo lo llegué a comprender después de pasear a su lado por su bello puerto natal, Amberes. Caminando entre las tiendas de la calle Meir y dirigiéndonos hacia la estación de trenes por Keyserlei me di cuenta de que Jan De Vos nació rodeado de las pinturas de Rubens depositados en la  catedral gótica de su puerto natal, circundado por la iglesia barroca de San Carlos Borromeo y por las esculturas al aire libre del parque Middelheim. Pero como dijera también en este “bautizo” el editor Miguel Ángel Porrúa, él, a través de su amistad con Jan, siente ya que conoce a su pueblo.

Jan, en México, supo escuchar lo mismo a indígenas que a exploradores de la selva; administradores de las monterías que a descendientes de los madereros. Sin embargo, De Vos mismo reconoce en el folleto que hoy nos comparte que ha puesto su “trabajo al servicio de la causa indígena” (2004:39). Retomo sus propias palabras al pie de la letra: “Tomé partido por ellos, no sólo movido por mi convicción ética de cristiano sino también debido a mi identidad étnica de flamenco. En Bélgica los flamencos habíamos sido ciudadanos de segunda durente siglos. Sólo en fecha muy reciente habíamos conquistado nuestra autonomía frente a un gobierno francófono centralista, muy despectivo de nuestra lengua. Era, pues, natural que me identificara con aquellos chiapanecos que, además de ser pobres, se encontraban marginados de la vida nacional y estatal por ser “indios” (2004:5-6). Y concluye diciendo: “tomé como mirador el lugar donde se ubica el campesino pobre y menospreciado: el de abajo”, asi: “A lo largo de los treinta años posteriores no he querido escribir ni historia nacional ni […] estatal, y aún menos “historia del poder” (2004:12).

No cabe duda de que De Vos con su “historia regional” ha puesto a nuestro alcance voces, documentos y fotografías que habían estado calladas y ocultas. No cabe duda de que la obra de Jan De Vos, y ahora esta biblioteca que lleva sui nombre, permanecerán aquí  por los siglos de los siglo…

Bibliografía

De Vos, Jan, 1980, La paz de Dios y del rey. La conquista de la selva Lacandona, 1525-1821, Gobierno del Estado de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez.
---,1985, La batalla del Sumidero. Antología de documentos relativos a La rebelión de los chiapanecos, 1524-1534, Katún, México.
---,1988, Oro verde. La conquista de la selva Lacandona por los madereros tabasqueños, 1822-1949, FCE-Instituto de Cultura de Tabasco, México.
---, 1988, Viajes al Desierto de la Soledad. Cuando la selva Lacandona aún era selva. SEP-CIESAS, México.
---, 1990, No queremos ser cristianos. Historia de la resistencia de los lacandones 1525-1695, según testimonios españoles e índigenas, Instituto Nacional Indigenista, México.
---, 1991, El sentimiento chiapaneco. Ensayo sobre la independencia de Chiapas y su agregación a México, Rodrigo Nuñez Editores, Tuxtla Gutiérrez.
---, 1993, Las fronteras de la frontera sur. Reseña de los proyectos de expansión que figuraron la frontera entre México y Centroamérica, Universidad Juárez Autónoma de Tabasco-CIESAS, Villahermosa.
---, 1994, Vivir en frontera. La experiencia de los indios de Chiapas, CIESAS-INI.
---, 2002, Una tierra para sembrar sueños. Historia reciente de la Selva, Lacandona, 1950-2000, FCE-CIESAS, México.
---. 2004, La memoria interrogada, Edición de autor, San Cristóbal de las Casas,
Leyva Solano, Xóchitl, 2001, “Palabras leídas en la entrega del premio CIESAS a Jan De Vos”, 20 de Diciembre, México.
Ruz, Mario Humberto, 1992, “De Vos y la Lacandona. Tríptico flamenco”, Cultura Sur, año 4, vol 2, núm. 18, marzo-abril, pp. 4-8.

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